Hace unos
largos meses atrás conversaba con un amigo acerca las razones por las cuales
dejé de escribir. No me malinterpreten. No me enchismé con los lápices y los
papeles. En mis años de escuela superior y universidad tenía como pasatiempo el
escribir poemas, ensayos y composiciones de la vida diaria. Pero según fui
creciendo, madurando y adquiriendo responsabilidades dejé poco a poco mi hábito
de escribir. La excusa que me di a mí misma fue que no tenía tiempo; que tenía
demasiadas responsabilidades. “Tengo que seguir trabajando, seguir
planificando, seguir siendo madre, seguir cuidando, seguir llevando muchos
roles y responsabilidades en los hombros.” Éstas eran solo algunas de las
excusas o motivos que me daba a mí misma y que poco a poco me apartaron de algo que
realmente me apasionaba.
Al comentario de mi amigo de que debería retomar la escritura yo solo
reí, pero una nostalgia vino a mi mente. Hace poco tiempo me senté a
reflexionar en la respuesta que di ese día. Muchas veces nos aferramos a esta
idea negativa de no tener tiempo para muchas cosas: no tenemos tiempo para
hacer lo que nos gusta, no tenemos tiempo para mirarnos, no tenemos tiempo para
compartir, no tenemos tiempo para aprender cosas nuevas, para emprender nuevos
sueños… Pero cuando despertamos y nos damos cuenta que dejamos pasar tantas
cosas, que dejamos atrás tantas oportunidades y momentos maravillosos que no
vuelven ya es demasiado TARDE. Cuántas veces dejamos de ser nosotros, cuántas
veces posponemos cosas, cuántas veces dejamos de compartir con los niños...
El
tiempo no da vuelta atrás y si no tienes tiempo hoy lo más seguro no lo tendrás
nunca. Haz un alto y piensa qué es lo que tú quieres para tu vida y qué es lo
que quieres ser. Esa pregunta me la contesté hace poco y ¿sabes qué? En
realidad sí hay tiempo y de este tiempo depende el mañana. Este es tiempo de
echar hacia adelante, tiempo de progresar, tiempo de mirar el futuro a dónde
quiero llegar. Es tiempo de trazar metas y luchar por realizarlas. Es tiempo de
darte una oportunidad, de ser lo que realmente quieres ser. Es el tiempo. Es tú
tiempo. No digas más NO PUEDO. Quita las negatividades y aprovecha el hoy. Yo
tomé la decisión de ser la dueña de mi tiempo. Este es mi tiempo de luchar por
mis sueños, de echar a mis hijas adelante, tiempo de progresar, tiempo de
volver a escribir y seguir escribiendo.