sábado, 30 de abril de 2016

Rota

Es mucho para un vieja vasija remendada. Pegada una y otra vez después de cada caída. Las grietas ya se ven a simple vista. Nadie quiere beber en esta vasija crasa. Se hace lo que se puede con los pedazos. Luego de un golpe jamás se vuelve a ser el mismo. Por más que se pretenda "no pasó nada", los pedazos en el suelo te delatan. Los dedos vueltos sangre en el intento de que cada pedazo quede como antes. Pero es inevitable lastimarse al intentar restaurar un alma rota. Y ahí estás nuevamente hecha pedazos. Ya de tanto caer no sé si remendarte vale la pena o el sacrificio de mis dedos aún sangrando. Pero no sé porqué aún así te recojo y con lágrimas en mis ojos te susuro: hay esperanza...

No hay comentarios: