viernes, 29 de abril de 2022

Recordando a Eva

 Hoy recordé a Eva. Hace un tiempo le dediqué un escrito. Se los comparto en el vínculo que lleva su nombre. 

EVA

jueves, 28 de abril de 2022

El arte y las letras

En la pasada entrada les hablé de que debemos seguir nuestros sueños. Les confieso que esas palabras me las aplico a mí antes que a nadie. Desde niña siempre me gustó escribir y lo digo en todo el sentido de la palabra. Escribía poemas, canciones, cartas, pero también escribía cosas sin sentido, como escribir 400 veces la letra A mayúscula y minúscula de distintas fotmas hasta que me quedaran bien bonitas. Lo mismo hacía con todas las letras del abecedario hasta que cada letra quedara perfecta. Así encontré en el arte y las palabras el refugio perfecto. Escribir me daba alegría y pensé que a otras personas también podría alegrarlas.  En la pasada entrada me atreví a compartirles parte de mi sueño por medio de dos fotos. Ese  sueño se llama Beri Luna:  lettering y arte de palabras poderosas. Por aquí les dejo el vínculo y el enlace de mi página para que puedan entrar y ver cómo, letra a letra, pincelada a pincelada, voy forjando mi sueño.



Beri Luna

https://www.facebook.com/Beri-Luna-220864832120670







Puedes

 En momentos difíciles se nos instalan los "no puedo" en nuestras mentes. Nadie los llama. Ellos solo llegan, invaden como conquistadores y plantan bandera. Y así pasamos a ser esclavos de nuestros propios pensamientos y limitaciones... Estamos al volante y ponemos pie al freno. Nos convertimos en estibadores de sueños y proyectos que se van quedando en el olvido del polvo y las telarañas. No sé quién necesite leer esto. No sé cuántos sueños llevan en espera de un milagro. Vengo a decirte que el milagro eres tú. Desaloja los miedos de tu mente. Tu vida dará el giro que solo tú quieras que dé. Vive, sueña y sé grande. Te lo mereces.

Así siempre...



miércoles, 27 de abril de 2022

Las palabras salieron a jugar

 Ha pasado un año desde mi último escrito. La verdad, ya había olvidado lo mucho que me gusta escribir aquí. Las palabras me mantienen viva en este mundo. He llegado aquí no por casualidad, si no por abligación; una obligación conmigo misma de no fallarme ni abandonar mis sueños. Hoy el aire se respira más bonito y unas cuantas letras salieron a jugar.

jueves, 1 de abril de 2021

Historias de un perro avergonzado, azúcar morena y un rolo quemado

 Una vez un estudiante me dijo que no podía entregarme la asignación porque su perro se la comió. Reí, reí y reí... Para hacer la historia corta, mamá me confirmó que, efectivamente, su perro le comió la asignación e incluso habían fotos de los restos de tarea y evidencia del perro avergonzado. Hoy me recordé de esa historia porque la verdad es que a mí me pasan demasiadas cosas así de increíbles, como si les cuento que por poco quemo una lámpara de la casa con un rolo de pintura o la vez que dejé las llaves dentro del carro al comprar limbers y tuve que entrar por el baúl. La cosa es que pienso en eso al recordar que mi esposo agregó el hacernos de un extintor a la lista de cosas por comprar; entonces, refexiono en cómo las acciones o situaciones de uno, por más locas que parezcan, influyen en la vida de otros. Yo puedo dar fe de eso, ya que hace como seis años compro azúcar morena gracias a Chewi, un señor que me encontré en el pasillo del supermercado. (Gracias, Chewi, donde quiera que estés.) 

Yo no espero que le encuentres sentido a lo que estoy diciendo, pero mi punto con toda esta divagación que escribo mientras despierta mi pierna acalambrada es que hasta de las historias más increíbles uno saca algo. Yo he aprendido que hasta los perros se las traen, que de las conversaciones casuales uno aprende y que los olvidos pueden hacer notar una necesidad. También, les cuento esto por si acaso alguien se da cuenta que le hace falta un extintor en la casa porque nunca se sabe cuándo un rolo de pintura pueda hacer que se queme la casa.

sábado, 5 de septiembre de 2020

Menguante

 *Hace un año, un septiembre del 2019 , ante la pérdida de una amiga escribí esto. Decidí compartirlo con ustedes. *


Menguante

La Luna y yo... Ella en su cuarto creciente y yo tan menguante... Hoy se me oculta tras las nubes para que no la vea llorar mi pena. A la luz del sol no se nota el gris de mi alma, pero al llegar la noche me voy apagando como un lento pestañear que acompaña una lágrima. Mañana será un nuevo día. El sol ocultará mis pesares. No seré Luna Nueva para siempre.

lunes, 1 de junio de 2020

Color revolución


Si todas las rabias centenarias que llevo dentro se volvieran fuego, yo le daría a la noche  un tono rojo- naranja. Si las lágrimas derramadas junto con la indiferencia del otro se volvieran antorchas, yo las uniría todas y haría que el humo suba a los cielos hasta mis ancestros y los ajenos. Si al levantar mi voz se consumieran banderas y prejuicios, se rompieran vidrieras yo gritaría con todo el aire que le cortaron muchos; con todo el ruido que le silenciaron a miles. Ya la tea de las virtudes se ha corrompido y  el mundo en que habito condiciona colores, posiciones y y nacionalidades. Por tanto yo me armaría de todos los corajes y deconstruiría ciudades. Ya que la historia escrita se borra y se reescribe a gusto y conveniencia, yo dibujaría vocablos entendibles o garabatos en las pieles y en todos los lienzos visibles. Ya que la paz no reina, que reine lo que nos dé la gana; que el color que vaya quedando lo nombren revolución y si la misma le explota a algunos las fibras de la decencia y la indignación, que ese sea el alimento de todos los muertos que no descansan en paz.

martes, 3 de diciembre de 2019

Suspensivos...

Como los puntos suspensivos se instalan al final de una frase u oración indicando que ahí no acaba todo... porque no se sabe... porque se está cansado... Confundido... porque no se quiere o se quiere demasiado... Así ando... Tres signos negros equidistantes... Una niebla densa que confunde las alternativas... Pero sigo... Respiro... El aire caliente que abandona el cuerno como si se fuera con él el alma... Hago una pausa a pulmones vacíos... Una vez más... Como antes o como nunca... Mañana sale el sol posiblemente o habrá nubes grises... De igual forma o de manera distinta se sigue avanzando... Tengo el lápiz en la mano y las palabras no se me han acabado... Tres puntitos... y seguimos... caminando...

miércoles, 20 de febrero de 2019

S O Y

En el camino al interior de mi ser me fui descubriendo infinita. De las cavidades y pliegues se desprendieron universos y me fui poblando de huellas, aromas texturas y colores... Y me descubrí entre palabras y silencios de dolores;  y fui plasmando en mi lienzo nuevos adjetivos.
Soy vaivén de olas que siempre vuelven a la playa que ama.  Soy el aire que exhalaron mis montes en su último latido. He muerto tantas veces y resurgido de entre la nada. Soy sueño roto e ilusión cohibida; vientre no fecundo que anhela mariposas. Soy la rebeldía de historias no contadas; de centenarios malditos. El eco sordo que grita la esperanza. Soy quien dejé de ser. La lluvia que borra nombres de los suelos y hace brotar semillas olvidadas.
Soy un recuerdo más en una mente sombría o un olvido menos en un corazón lastimado. Soy lo que no quise ser o lo que en otras vidas no pude. La curva de una sonrisa o una mueca. Quizás un para siempre o un nunca jamás... El eco sordo que grita la esperanza. Soy quien nunca antes era.
Soy y existo en este espacio olvidado mientras me piense un alma o mientras mi nombre siga siendo eco en alguna historia con puntos suspensivos que le teman al fin.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Descubrimiento



Hoy mi pelo celebra que aunque lo habita un cuerpo colonizado él está libre, como quiere. Que refleja mi espíritu y la rebeldía ancestral de más de cinco centenarios de llantos y gritos silenciados; de carimbos y libretas de jornadas; de opresiones y sometimientos. Hoy celebra las razas, la mezcla que nos hace únicos,  la historia que no aparece en los libros pero que llevamos pintada en la piel; enredada en los rizos... Celebro a la india María que habla mi padre y a mi abuelo negro que cortaba caña. Celebro a mi tatarabuela de Islas Canarias que jamás conocí.

El mundo conmemora descubrimientos que nunca debieron llevar ese nombre. Olvidan la historia dolorosa y la disfrazan con días festivos, como si fuera una celebración el olvido y la sangre que alguna vez lloraron los ríos y dio vida a los árboles.  El único descubrimiento que vale la pena celebrar es el de uno mismo y la historia dolorosa que nos formó  como patria: alguna vez libre, muchos siglos esclavo, pero siempre borinqueños.