Parece mentira lo que la gente llega a hacer cuando se está realmente desesperado. Hace unos días cinco sacerdotes celebraron la “boda” de dos ranas ante la presencia de cientos de devotos. Luego de la ceremonia la pareja de “recién casados” fue llevada hasta el estanque donde pasarían su luna de miel. ¿Por qué tanta gente presencia semejante cosa? Pues, al parecer, de esa forma agradan a los dioses de la lluvia y les envían esa bendición tan necesitada para sus tierras ya próximas a la sequía.
Al parecer a los dioses no les gustan las ranas porque ni una gota les han mandado. Por otra parte, aquí en Puerto Rico, que las aplastamos a cada rato con el carro o les echamos veneno para que no nos fastidien en la casa, recibimos su buen chorro de lluvia. Pero ahora recuerdo que hace unos años atrás hubo una crisis por falta de agua y no llovía. Quizás ese año no matamos suficientes ranas.
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